Además de las obras de Quinquela Martín y de otros artístas, pudimos ver la colección de 32 mascarones de proa que él coleccionaba, las habitaciones y el atelier donde vivió los últimos años de su vida.
En la Casa Estudio había un piano pintado por él, (que compró por consejo de Toscanini), su dormitorio con su cama, el ropero, el uniforme de Gran Maestre de su Orden del Tornillo y una nómina de todos los homenajeados.
En el cierre de la visita guiada también pudimos disfrutar de buena música. Un grupo con piezas en violín, en la sala de los mascarones de proa, y el otro con un fragmento de Bach en el piano de Quinquela.
Al salir del museo paseamos por "Caminito", entramos a un "Conventillo", y encontramos entre otros personjes, una araña gigante de 22 toneladas, de bronce, acero inoxidable y mármol, de 10 metros de altura y 10 metros de diámetro: la obra de Louise Bourgeois, Maman (Mamá), exhibida por la Fundación Proa.
¿Saben qué hobbie compartían Benito Quinquela Martín y Pablo Neruda, el popular poeta chileno?
¿Sabían que las autoridades del Consejo de Educación se opusieron a que Quinquela decorara con su paleta los muros de la escuela Pedro de Mendoza, argumentando que las pinturas distraerían la atención de los alumnos? El artista con una fina sutileza en secreto plasmó 16 frescos en los muros del colegio.
"Uno no es por lo que tiene...ni siquiera por lo que es... Uno es por lo que da."
(Benito Quinquela Martin 1890-1977)
